El pasado viernes tuvimos la ocasión de catar ‘Habla la Tierra’, el proyecto de Bodegas Habla que nos llevó directamente a Trujillo, Cáceres.
El proyecto de Bodegas Habla comienza en el año 2000. Siendo 2005 la primera cosecha y 2007, la fecha de salida al mercado.
Se trata de un proyecto relativamente joven: eligieron esta zona porque vieron muy buenas condiciones para el cultivo y la maduración del fruto. Además, según nos contaba Eduardo, Director Técnico de la bodega, es una región con muy buena temperatura, bastante cálida, con óptimas condiciones de salubridad. Un suelo pobre, poco fértil, con buena acidez, textura arenosa, roca madre en superficie, suelo granítico, pizarroso, … Fueron algunos atributos que les hicieron decantarse apostar por el terreno, porque tuvieron claro que a la uva, esos parámetros le iban a conferir unas características óptimas y muy interesantes. Y acertaron.
La viticultura
A nivel viticultura, buscan el equilibrio entre la fase vegetativa y reproductiva, que la maduración de las bayas de sus 200 hectáreas de cultivo, llegue en perfecto estado a la vendimia.
Bodegas Habla practica una viticultura ecológica, lejos de pesticidas y con una intervención justa en el viñedo. También pueden observarse mantos de cubierta vegetal entre las tiras de las cepas. Estos mantos ayudan a que la nutrición no se degrade tanto, sujetan el suelo evitando la erosión, y compiten nutricionalmente con las cepas. Esto, unido al estrés hídrico propio de la región, hace que las cepas produzcan bayas más pequeñas de tamaño pero muy concentradas en polifenoles. Además, buscan un equilibrio entre la fase vegetativa y la reproductiva de la cepas, restándoles vigor para perseguir esa concentración que le conferirá un matiz especial al futuro vino.
La vendimia
La vendimia en estas parcelas es temprana, se produce a finales de agosto. Es una vendimia manual 100%, para la que utilizan cajas de 18 kg máximo y que son trasladadas a cámaras frigoríficas a la bodega.
Para mantener el frescor de la uva, el despalillado se realiza de noche. Se pasa la uva a la mesa de selección donde grano a grano se eligen las uvas que van a fermentar. Entra a depósito por puente grúa, cuidadosamente, sin bombeo.
La elaboración
Eduardo nos comenta, que en bodega también son poco intervencionistas. Quieren que el vino hable, que se exprese y que preserve la tipicidad de la zona, el carácter de la variedad, …
Por ello, tras la fermentación alcohólica (15-20 días), enseguida sacan el vino del depósito. No quieren que haya una larga maceración con los hollejos porque buscan un vino ligero, con menos intensidad de color y agradable de beber. Por eso también hacen una premaceración corta.
La crianza la realizan en barricas de roble francés, porque para ellos les sugiere un resultado más elegante, más fino, al ser de grano más homogéneo y sutil. Así los vinos tienen su propia personalidad, el roble acompaña pero no les marca.
Notas de cata de ‘Habla la Tierra’: Tempranillo, Shiraz y Cabernet Sauvignon
COLOR
Color. Granate y cereza intenso con un ribete violáceo, brillante, limpio y densa lágrima.
AROMA
Nariz atrevida y diferente: los toques a hoja de tomate, anís y flor de manzanilla evocan la tierra donde maduran sus uvas. El aroma a higo recuerda al látex que brota de la hoja de la higuera.
BOCA
Fresco y chispeante evoca la sensación de comer una granada, dejando un regusto a fruta fresca que hace desear volver a probarlo. Es un vino con 13.5 %Vol con una acidez en boca muy equilibrada.
Como conclusión, ya solo nos queda esperar a que levanten el confinamiento y organizar una escapada a Extremadura, para conocer más de cerca esta vanguardista y moderna bodega.
¡Muchas gracias a Eduardo por atendernos y explicarnos su proyecto!
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